Una de las especies más evolucionadas, paradigmáticas e imponentes del ecosistema marino es el Tiburón. Aunque su fama no se compara con la de los delfines, las ballenas o las focas, su importancia dentro del mar es vital, no sólo porque está en la cima de la cadena alimentaria y su presencia garantiza el equilibrio entre depredadores y especies menores; sino porque también cumple funciones de reciclaje, asegurando un mar sano.

Igualmente, a lo largo de la historia este pez ha sido importante fuente para la alimentación, la industria, la medicina, el turismo y la recreación. Sin embargo, la sobreexplotación, la falta de información científica sobre la especie, la ausencia de normas de control pesquero, el calentamiento global, y la destrucción de hábitats, entre otros factores, desencadenaron en las últimas décadas un desequilibrio en sus poblaciones.

Por eso nace la campaña Mar, que no te corten las alas que busca informar sobre la importancia de estas especies para la humanidad, las amenazas a las que están expuestas y las acciones que se pueden realizar para salvarla de la extinción.

Teniendo en cuenta que los tiburones son altamente migratorios, esta labor se viene desarrollando en los países que conforman el Corredor Marino del Pacífico Este Tropical. El reto dio inicio en Costa Rica por iniciativa de la Fundación MarViva y se ha ido extendiendo a Panamá, Colombia y Ecuador con el apoyo de diferentes socios de entidades públicas y privadas.